Los colores tienen un amplio espectro de cualidades mágicas que se transmiten a los elementos del hechizo: Velas, flores, gemas, metales, dibujos, decoración del lugar, ropas, complementos, etc. Además, puedes reforzarlos o combinarlos según el fin que desees conseguir con otros colores.
Los colores del espectro solar, que se manifiestan en el arco iris, son transmisores de las energías cósmicas. Cada uno de ellos tiene virtudes y propiedades particulares, que han sido empleadas en el pasado por los magos y brujas para fortalecer sus hechizos. La magia moderna recoge esa antigua sabiduría usando colores naturales, como los de las flores, metales y gemas; o utilizando elementos mágicos elaborados como las velas, inciensos, pañuelos, etc.
Colores cálidos y frios
Según su “temperatura”, los colores se clasifican en cálidos y fríos. Los primeros como el rojo, el amarillo, el naranja y sus distintas gamas, son enérgicos, vitales y apasionados. Favorecen la salud, la fertilidad, el erotismo y los asuntos económicos y materiales.
Los colores fríos, como el azul, el violeta o el índigo, se dirigen más a la mente y al espíritu, enriqueciendo los actos de magia que tratan temas intelectuales o místicos, y el equilibrio emocional.
Hay también colores ambivalentes, como los verdes y marrones, en los que la temperatura cálida o fría depende de la tonalidad.
El blanco puede reemplazar a cualquier color y es uno de los favoritos de la Magia Luminosa. Por su claridad absoluta, purifica y beneficia las energías que se invocan en los hechizos.
Escoger bien los colores
La magia luminosa da mucha importancia al poder de los colores y antes de realizar un hechizo hay que escoger el color de los materiales a utilizar para que transmitan su poder.
En el próximo artículo veremos unos cuantos colores y su significado.